A través de la historia hemos conocido juicios que han marcado la historia del Derecho y que lo han hecho evolucionar hasta donde hoy estamos sin embargo, han existido otra clase de procesos legales, los cuales no hay una «persona» involucrada con la personalidad de demandado o imputado, sino de juicios que se celebraron con animales, aunque suene absurdo.

Es así el claro ejemplo, del antecedente de Francia en Autun en el año de 1552, pues las ratas de la zona fueron acusadas de diezmar los campos de cebada. Tras comprobar los indicios de delito, fueron citadas a juicio y, como era de prever, no se presentaron a la cita. Bartolomée Chassenée, abogado de oficio de la causa, denunció defecto de forma en el procedimiento por no haber sido notificada la citación adecuadamente. Argumentó que, dado que estaba en juego la inocencia o culpabilidad de todas las ratas de la comarca, no era suficiente con dictar edictos solo en la capital. Tras subsanar el defecto, se señaló una nueva cita a la que, lógicamente, tampoco las ratas acudieron. Chassenée sostuvo entonces que las distancias eran muy largas y que las presuntas culpables no podían llegar en el tiempo señalado. El joven letrado siguió esgrimiendo diferentes argumentos, hasta que el juicio se suspendió indefinidamente.

Y es una de tantas historias de procedimientos judiciales que se llevaron a cabo a animales, pues hay hasta topos que fueron excomulgados en Italia en año 824, hasta un perro sentenciado a muerte en Suiza en 1906, es obvio que dichos animales no corrieron con la misma que la misma suerte que las ratas. Dicho lo anterior, Edward Payson Evans autor del libro Animals Trial, afirmó haber encontrado más de 200 procesos judiciales de animales, pues existen antecedentes en casi todos los países de Europa continental, así como casos aislados en Reino Unido, Brasil, Canadá y Estados Unidos.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-39654425

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