Desde el resultado de las elecciones de julio del 2018, la ausencia de interlocutores, fuerzas o actores políticos divergentes, contestatarios o al menos conversadores respecto de los temas políticos en el país, es muy notoria.

Tanto los medios, como las organizaciones, las instituciones y los grupos se replegaron, se sometieron o simplemente se desvanecieron en el olvido ciudadano. Si bien no se les extraña, para que la democracia sea plena es imprescindible que existan esas fuentes de debate, presión, disenso y reflexión en una sociedad que aspira a mejorar, crecer y desarrollarse

Toda organización debe justificarse por sus fines, sus acciones, sus funciones y sus resultados, los partidos están fallando en todas ellas.

El espectro político de un México tan diverso y plural requiere de actores, líderes, fuerzas, figuras alternantes que sirvan para expresar la riqueza, las formas alternativas de ideas, culturas, visiones y proyectos para forjar una nación más justa y desarrollada.

En ocasiones se requiere de un cambio radical, de un giro extremo para ponerse al día, la sociedad mexicana debe acudir a una reflexión profunda sobre la viabilidad, capacidad, presencia y necesidad de la presencia de los partidos políticos o bien avocarse a la construcción de un nuevos sistema y estructuras electorales que contribuyan a su desarrollo político.

Fuente:https://www.forbes.com.mx/el-informe-y-la-debacle-de-los-partidos-politicos/

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